• Localización. En muchas ocasiones sucede que las familias de los novios están situadas en diferentes lugares, así que antes de decidir dónde se efectuará la boda, es necesario evaluar si habrá alguien que estará pendiente de todos los detalles y el tiempo que dispondrán para viajar, si esto lo requiere.
• Facilidad para los invitados. Quizás queramos hacer la recepción en un lugar a 8 horas de donde están ubicados los invitados. En caso de ser así, recomendamos considerar si los posibles asistentes podrán acudir, pues muchas veces pasa que los novios se quedan con la comida fría y las sillas sin ocupar.
• La fecha. Si ya están próximos a la realización de la boda, es muy probable que no tengan muchas opciones, y en caso de que cuenten con mucho tiempo el abanico de opciones será mayor.
• Temporada. Durante las vacaciones los costos aumentan, pero, quizás es el único momento en el que la familia puede asistir. Evalúe si su presupuesto puede costear todos los gastos.
• Costos. Relacionado con lo anterior, casi siempre la belleza del lugar está asociada con su precio, así que piense no sólo en el costo del espacio sino también en la bebida, comida y transporte, entre otros.
• Cantidad de personas. Debemos considerar cuantas personas acudirán y si el sitio es apto para la cantidad de invitados. A veces el espacio se ve grande pero tiene muchas columnas, tampoco queremos un gran lugar que no podemos llenar o que cueste mucho decorar.

• ¿Tenemos espacio suficiente para estacionar los vehículos de todos los invitados? Casi todos se caen en esta primera pregunta, ya que si no hay un lugar donde ubicar los carros, tendremos graves problemas y dolores de cabeza.
• ¿La novia tendrá un lugar cómodo para vestirse? No sólo debemos considerar la amplitud sino la luz necesaria para realizar el maquillaje.
• En caso de querer hacer La Celebración  al aire libre, ¿tenemos permiso y lugar para poner toldos?, ¿tendremos mucho calor o mucho frío?, ¿estamos dispuestos a afrontar que quizás las áreas verdes se dañen por el tránsito de personas?
• En caso de que llueva, ¿podremos alojar a los invitados en un lugar dentro de la casa o en un sitio cibuerto?
• ¿En la casa hay suficientes baños o sanitarios para la cantidad de personas que acogeremos? ¿Estos se tapan con facilidad?
• ¿Cuenta o contará con el personal necesario para atender la limpieza de lugar y la atención de los invitados?

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• ¿La cocina es lo suficientemente amplia como para poder cocinar para todos los asistentes y permitir la movilización de personas?
• ¿La vivienda tiene las conexiones, el voltaje y la capacidad eléctrica para sostener la electricidad de la música, luces encendidas, licuadora, aire acondicionado y otros elementos al mismo tiempo?, ¿podés alquilar una planta o generador eléctrico para ese día?
• ¿Los habitantes de la casa podrán soportar que durante días se esté decorando y arreglando el lugar?, ¿tendrán paciencia el siguiente día?
• ¿Hay un espacio que se pueda habilitar para realizar la sesión fotográfica?

• Planificar el viaje con bastante antelación, para así conseguir las mejores reservas e, incluso, buenas ofertas.
• No fijarse solo en el precio, solicitar asesoramiento para ver como se optimiza el presupuesto del que disponen.
• Preparar algo especial para el viaje podría ser una opción: como por ejemplo que los recojan en una limosina, o una cena romántica en un paisaje inolvidable. Hay muchas opciones y lo único que toma es averiguar qué actividades se realizan en el hotel donde se van a alojar.

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• Destinen un presupuesto específico para la Luna de Miel: Es mucho más fácil escoger opciones cuando uno tiene claro que tanto dinero puede destinar para tal fin. De ser posible reserven el dinero en una cuenta aparte del resto de gastos, o en caso contrario asegúrense de contar con el financiamiento necesario.
• Fijen un sólo objetivo: Algunas parejas cometen el error de juntar su Luna de Miel con un viaje de vacaciones. Así, terminan envueltos en tours que los levantan a las 7 am y no los devuelven al hotel hasta las 7 pm. Si esto es lo que ambos quieren, pues genial, si no, lo más probable es que terminen discutiendo por el propio stress del viaje. Particularmente les recomendamos que escojan un destino que les dé mucho tiempo libre para poder disfrutar de estar juntos.
• Validen si es el mejor momento para visitar ese lugar: Muchas veces el clima o ciertas festividades del destino escogido nos juegan una mala pasada por falta de previsión. Por ejemplo, el Caribe es un destino maravilloso, siempre que no sea temporada de huracanes, o Bariloche puede ser extremadamente romántico, si es que hay nieve. Por ello, no olviden averiguar las particularidades del lugar escogido en las fechas en las que piensan visitarlo.
• Revisen la documentación necesaria: Algunos destinos requieren de visas o vacunas especiales para poder ser visitados. Es común que con el apuro de los trámites se olviden de este importante detalle. Por ejemplo, sería fatal que no puedan viajar porque a último momento se den cuenta que no renovaron el pasaporte.
• Contraten a un especialista = Agente de Viajes: En la actualidad hay agencias de viajes que se han especializado en destinos para novios, sus servicios son bastante completos y los precios son competitivos. La gran ventaja de contar con esta ayuda es la posibilidad de tener todo el paquete armado, quitándole una importante línea a la recargada agenda de los novios.
• Nunca programen el viaje para el día siguiente de la boda: Es mucho mejor esperar un día más para viajar que hacerlo apurados. La boda, y toda La Celebración que le sigue, puede dejarlos cansados, así que es mejor tomársela con calma y esperar un poquito para partir a su Luna de Miel.

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