¿Hay algo más molesto que estar esperando un trago en la barra en una fiesta o boda y que justo pasen el tema que querías bailar? ¿Y peor todavía, que la canción termine por completo porque el trago no llega? Y mientras tanto seguimos ahí, postrad@s en la barra, vemos cómo las manos de tantas otras se estiran, levantadas, acompañadas de un grito para que alguien les ponga atención y reciban, finalmente, el vaso con el trago. ¡Chin chin por fin!